LOS ESTRENOS DE TEATRO
Nunca es fácil un estreno. Muchas horas invertidas, muchas ilusiones, sueños, expectativas ¡Mucho esfuerzo!… Pero cuando empieza a sonar en la oscuridad de la Sala la voz de Javier Franquelo, a oírse las notas del piano de Lorca, a punto ya de encenderse la batería, de producirse el milagro, algo se instala en el pecho de cada espectador –yo lo percibía, lo percibo cada vez- y los corazones, alerta, se disponen a dejarse sorprender, atropellar por las emociones y sentimientos, teatralmente engañosos, que desde el autor al último artista que interviene en el proceso creativo han fabricado para ellos.
Cuesta trabajo llamar Teatro a cualquier invento que prescinda de este ritual, tal vez porque el Teatro es precisamente un rito en el que participan en elegida y perfecta complicidad público y artistas.
-En que lo que toca en este momento es contarte como ha ido el estreno… mientras miras las fotos.
-Ya has visto algunas de los ensayos. Mira ahora estas… Son los personajes….
-No puedo decirte que estoy satisfecho del todo, porque eso equivaldría a que ya lo tengo todo hecho y la verdad es que siento, a pesar de mi edad, que me queda todo por hacer.
Ha sido emocionante, como todos los estrenos. Como en todos los estrenos ha habido nervios; son inevitables, a pesar de la experiencia… y necesarios para mantener el estado de alerta preciso para que la emoción cale y llegue a los centros… ¡Llegar a los centros!… lenguaje muy lorquiano. LLega a los centros el dolor de la madre que pierde a sus hijos, y llega la amargura de la esposa no amada y la pasión de los amantes frustrados… ¡Llega a los centros Lorca, sin lugar a dudas!
-He buscado que la puesta en escena contribuyera a esa catarsis colectiva en el segundo acto, cuando Lorca, sin alejarse del elemento tierra donde la tragedia se consuma, busca en el aire y el agua los elementos oníricos que la acompañan y que la elevan y universalizan…Las imágenes, la luz y el sonido, irrumpen en el claroscuro dramático inundándolo todo de poesía.Y la muerte, dura, cruel implacable, termina como dormida sobre una colcha de espinas de rosa… No hay fotos de esas escenas. Prometo traerte el vídeo en cuanto esté editado.
-No es lo mismo –responde Juana– Casi puedo verlo mejor a través de tus palabras.
-Puede que les interese a nuestros amigos invisibles.
-¡Esos contertulios mudos! Ellos pueden acudir a verlo en directo si quieren. Verás…
Conozco a Juana desde hace casi cincuenta años. Esta pausa con los ojos semientornados, brillantes, con esa lucecita inteligente al fondo, con los labios distendidos en un conato de sonrisa… y… Sí; siempre levanta ligeramente una mano, con el indice extendido en una llamada suave de atención… Siempre que se dispone a decir algo que sin querer darle importancia sabe que la tiene.
–Creo que les será más interesante saber algo de esos proyectos tuyos que, intencionadanente, dejaste caer antes. ¿Crees que no se me ha quedado el runrún en la cabeza?
-Tienes toda la razón. Por ahora solo es eso; proyectos. Prometo contártelo el próximo día.
-Sin falta ¡El tiempo pasa muy rápido!
-No lo parece cuando nos ponemos a hablar del pasado.
-Pero sí cuando pensamos en mañana. Ahora vete; es ya muy tarde.
Efectivamente nos henos entretenido mucho. Siempre me cuesta despedirme de Juana… y de vosotros.
Puede que tarde en pasar un taxi por Atocha.
KARPAS TEATRO – SALA DE CAMARA
Por los valores tradicionales de la escena